Isleña e informante
Vive desde niña en la isla y acompaña a Marisa González de Oleaga en todas sus investigaciones: sobre la dictadura, sobre la historia y la memoria de este lugar: indígenas, afros, familias tradicionales. Maneja el tracker, UWA II, con pericia marinera, cabalgando las olas de ese inmenso mar que es el Paraná de las Palmas, que hay que cruzar para llegar a su casa. Es capaz de dejar casi todo por la aventura de recorrer ríos y arroyos en busca de una buena entrevista o de la localización de un espacio de memoria, sea un cementerio indígena, un centro clandestino de detención o los restos de un aguantadero. Dirige un taller de tejido de junco, es dueña de una despensa y tiene un talento natural para la escritura, la escucha y la ternura. Todo el mundo la conoce y es un referente indiscutido para propios y ajenos. Fue a la escuela del arroyo Felicaria y más tarde completó su enseñanza formal en la del Caracoles. Es también inventora de palabras y de mundos y contar con su compañía y amistad es un enorme privilegio.