Compartiendo experiencias en Punta Querandí

Conocí la existencia de Punta Querandí hace años, por casualidad, en una nota sobre el acampe indígena en la zona. Por entonces, mis investigaciones en Bolivia con los mineros de la Central Obrera Boliviana o los trabajos etnohistóricos en el Chaco paraguayo me habían acercado al mundo de los pueblos originarios. Y por eso, la existencia de este espacio de resistencia en un país, como la Argentina, en el que se ha silenciado o, peor aún, despreciado y negado ese pasado y ese presente me sorprendió mucho y muy gratamente. Así que, una década después, cuando empecé a trabajar sobre la etnohistoria del Delta del Paraná con tu toponimia indígena -ahí están los arroyos Paycarabí, Chaná o Tuyuparé- Punta Querandí volvió a mi memoria. Esta nueva investigación no es, como no lo eran las anteriores, estrictamente académica sino un aporte que intenta enlazar pasado y presente. El conocimiento de un pasado indígena, el rescate de una memoria originaria que empodere y otorgue perspectiva y densidad a las luchas del presente. Es en este camino en el que me encontré visitando y compartiendo experiencias en Punta Querandí